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Provocación

Querida C.:  No es la primera vez que leo esta poesía, de Gonzalo Sánchez-Terán. No es la primera vez que se me pone la carne de gallina al acabar. Me atrae y me repele a partes iguales. Me provoca. ¿Qué opinas, amiga? LA ÚNICA SOLUCIÓN Yangon, Myanmar Odiad a quienes odian poco a quienes aman poco a quienes sienten poco. Odiad a los que insultan a la muerte temiéndola y odiad a los que imploran clemencia arrodillados como bichos: si Dios es justo tiene que ser malo, odiad a los que no hacen daño a nadie los que no arrojan piedras contra nada porque también protegen al verdugo. A esos no les contéis entre los hombres, no merecen tener alma: cortádsela. Ajusticiad a quienes no despierten barritando de júbilo o de ira, matad a quien no quiera suicidarse o no sea el Mesías prometido, no perdonéis a aquellos que perdonan porque también perdonan al tirano. Sea el mundo la cáscara de un fruto que un soldado patea calle abajo, sea este tiempo el benjamín del Tiempo si no guarda fe para ser su

Chicharras

CHSR-CHSR-CHSR-CHSR, CHSR-CHSR-CHSR-CHSR, CHSR-CHSR-CHSR-CHSR Yo también las oigo, Cris, a las chicharras, aquí cerca de las montañas y tan tan lejos de ti.  La luna y las chicharras son como los mosqueteros. La luna es una para todos. Pero las chicharras no. Las chicharras, en el calor del verano, son todas para uno.  Porque yo oigo otras chicharras que no son las tuyas pero a la vez...¿no son las mismas? Bécquer protestaría. Que no, que no (hablando de las golondrinas, pero no). Que no son las mismas, que ni siquiera mis propias chicharras de ayer y de hoy son las mismas.  Le pregunto entonces a Unamuno y me dice que sí (hablando de los vencejos, pero sí): "los del año pasado, los de siempre/ los mismos de hace siglos, los del año que viene,/ los que vieron volar nuestros abuelos/ encima de sus frentes/ y encima de las suyas nuestros nietos/ verán también volar negros y leves".  ¿No hay cientos de cosas que son otras y son iguales, aquí y allí, entonces y ahora? Los dientes

CADA SONIDO...

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CHSR-CHSR-CHSR-CHSR, CHSR-CHSR-CHSR-CHSR, CHSR-CHSR-CHSR-CHSR El sonido rápido e intenso de las chicharras me acompaña en mi paseo diario, algunos pájaros se atreven a romper el chasquido incesante y monótono y un conejito de cola blanca huye de mis pasos y se camufla entre la maleza. Aún hay charcos de la tormenta de hace unos días, repentinamente y de manera muy breve una brisa fresca me anuncia que se acerca la noche y que el calor nos dará una tregua... Querida B: Ojalá llegue pronto ese día en el que podamos recorrer juntos los caminos, observar flores y remendar pantalones. Sé que conseguirás tu propósito y que sembrarás el amor por nuestro planeta. ¡Qué maravilloso hogar! ¡Cuánta belleza! ¿Conseguirá el ser humano preservarla o la vida en La Tierra será insostenible? "Notaba caliente la tierra bajo mi cuerpo, y al dejarla caer, escurriéndose entre mis dedos. Me quedé tan quieto como me fue posible. No ocurrió nada. No esperaba que ocurriera nada. Yo era algo que yací

El pantalón de Lucas

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Querida C.:  ¿Cómo estás? ¿Has encontrado más ciervos por el bosque? ¿Alguna vez has visto sus ojos de cerca? Son tan tristes y a la vez tan llenos de asombro... En fin, hoy yo no quería hablarte de ciervos sino del pantalón de Lucas. Aunque lo que te voy a contar también tiene que ver con los ojos de tus ciervos.  Pues aquí está: la culera del pantalón de Lucas. No sé si tirarlo o enmarcarlo.  Es el resultado de nuestra travesía de cinco días por el Pirineo. El resultado de mucha piedra, mucha rama, mucho salto, mucho trepar, mucho renacuajo (bueno, no sé si los renacuajos han afectado directamente al pantalón, me parece que no, pero esa piedra que estaba justo al ladito del lago...) Por la noche, en la tienda de campaña, Luquirrábano metía las piernas en el saco de dormir mientras Mamacelga remendaba con poca pericia rotos y más rotos.  Rotos de montaña.  Pienso en esos niños y niñas que jamás han salido al campo, no más allá del parque (y siempre por los caminos), no más allá de la

Cartas de papel

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Querida B: Te escribo con lápiz, de madera, con una suave punta redondeada, deslizándose afanoso, susurrando secretos, homenajeando, para comenzar, a nuestras cartas. Llueve furiosamente y los truenos se suceden amenazadores, la danza del grafito me reconforta y me aferro a esa cálida sensación... Las palabras aparecen mágicamente, danzarinas, juguetonas, canalizadoras de viajes y sueños. Cómo no acompañarte en esta aventura, querida amiga, dejemos que estas cartas nos lleven lejos, hasta donde quieran... Hoy sopla fuerte el viento, es un buen presagio...¡Zarpemos! Te quiere, tu amiga C.

En el principio...bola de papel arrugado.

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Estimada Cristina: No, no, no, demasiado formal. Bola de papel arrugado.  Hola Cris!  Muy común, con poco estilo. Bola de papel arrugado.  Ktal? 😀 Ni hablar. Demasiado millenial y yo fui a EGB. Bola de papel arrugado.  ¿Cómo comenzar mi carta, amiga? Los principios son importantes, y este es un doble principio: el de mi primera carta virtual dirigida a ti y el de este blog, que recogerá nuestra correspondencia. Abrumada por este momento doblemente importante, arrugo una tras otra mis virtuales hojas de papel recién estrenadas.  ¿Qué brotará en esta correspondencia? ¿Qué me contarás en tus cartas y qué responderé yo? ¿Qué compartiremos? ¿Hablaremos de libros, de palabras, de ecología, de historia, de sensaciones, de justicia, de desconciertos, de hermosura? Siento emoción y recato: ¿florecerá este rinconcito con nuestras palabras al viento?   Querida amiga: ¿Nos lanzamos a la aventura? Querida amiga dos puntos empieza su andadura. Hasta muy pronto, amiga Belén